
Los pedazos de mi alma vagaron
arrastrados sobre arenas durante años,
sedientos de un único gesto
que les hiciera sentir, por una vez, amados.
Esperaron a los pies de esa estatua de hielo,
en la que convertiste tu cuerpo
y con la cual me quemabas con frio desprecio,
a que se despertara, con mi amor, un sentimiento.
Ahora sé que, una vez mas, debo renacer
seguir con mi vida hacia delante.
Y sin poder olvidarte en mi ultimo amanecer
Debo respetar tu voluntad, tan tajante...
Decidiste, sin comprender, morir desangrado
y yo debo ahogar mi corazon con tu sangre.
Que aunque tu cuerpo surcó el mar de mis aguas,
Tu deseo nunca fue naufrago de mi ardiente playa.
NoeMi
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